revista de divulgación del Instituto de Astrofísica de Andalucía

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Vientos huracanados en la alta atmósfera de Titán

Titán es el único satélite del Sistema Solar con una atmósfera compleja, que se cree que similar a la de la Tierra primitiva. Se han detectado vientos muy fuertes y confinados en la alta atmósfera del satélite, donde parecía no haber energía suficiente para desencadenar vientos tan veloces
Por Silbia López de Lacalle (IAA-CSIC)

Titán, el mayor satélite de Saturno, constituye un objeto único: mayor que Mercurio, es el único objeto del Sistema Solar, además de la Tierra, que alberga dunas, ríos y lagos. Se trata además del único satélite que presenta una atmósfera densa, y cuenta con ciclo similar al hidrológico terrestre, pero controlado por metano. Un grupo internacional de astrónomos, con participación del IAA-CSIC, ha revelado otra peculiaridad inesperada de esta luna anaranjada: vientos muy confinados y veloces, de hasta trescientos cuarenta metros por segundo, soplan en la alta atmósfera, alimentados por ondas procedentes de la baja atmósfera.

LA LUNA CON ATMÓSFERA DE PLANETA
La densidad de la atmósfera de Titán supera la de la Tierra, y genera una presión sobre la superficie algo mayor que en nuestro planeta, similar a la del fondo de una piscina. Al igual que en la atmósfera terrestre, en la de Titán predomina el nitrógeno (98,4%), pero el resto de los componentes, como el metano (1,4%) y otros compuestos orgánicos, establecen grandes diferencias. Titán muestra, además, lo que se conoce como “súper rotación”: rota muy lentamente –tarda dieciséis días terrestres para completar un giro sobre sí mismo–, pero sus vientos se mueven a mayor velocidad que la propia superficie (algo que también ocurre en Venus, pero a mayor escala).
“Los vientos en Titán se habían estudiado con anterioridad a través de distintos métodos –señala Luisa María Lara, investigadora del IAA-CSIC que participa en el trabajo–. Conocíamos que en la estratosfera soplan vientos muy fuertes, de hasta doscientos metros por segundo, que además variaban con la latitud y las estaciones, pero desconocíamos qué ocurría en las capas más altas, entre los quinientos y los mil doscientos kilómetros, lo que constituía una visión incompleta de la dinámica de la atmósfera de Titán”.

VELOCES CORRIENTES DE CHORRO
Los investigadores observaron Titán con ALMA, un conjunto de antenas situado en el desierto de Atacama (Chile), centrándose en seis moléculas concretas presentes en la mesosfera y termosfera del satélite. “Vimos que los picos de emisión de estas moléculas estaban desplazados en frecuencia con respecto al valor teórico, lo que solo puede explicarse mediante un viento que transporta el material en las regiones sondeadas por las observaciones”, explica Lara (IAA-CSIC).
Se trata de vientos más veloces que los medidos en la baja y media atmósfera, que se extienden en altura a lo largo de la termosfera y cuya circulación se convierte, progresivamente, en una corriente de chorro (un flujo de aire muy rápido y estrecho), que alcanza los trescientos cuarenta metros por segundo a una altura de mil kilómetros (como comparación, los huracanes más potentes de la Tierra han generado vientos de unos cien metros por segundo como máximo).  
Todas las observaciones y estudios realizados hasta la fecha apuntaban a un balance energético insuficiente para dar lugar a vientos veloces en esa región de la atmósfera, y hallarlos ha supuesto una sorpresa. La explicación que proponemos sugiere que ondas que se propagan verticalmente desde la estratosfera y mesosfera hacia arriba son capaces de depositar la energía a unos mil kilómetros. Esta energía, más la que aporta la radiación solar en el ultravioleta extremo (EUV), son las responsables de los vientos en esa región”, concluye Luisa María Lara (IAA-CSIC).