revista de divulgación del Instituto de Astrofísica de Andalucía

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La Nebulosa del Esquimal podría tener una compañera invisible

se encuentra una variación periódica en la emisión en rayos X de la estrella central de la Nebulosa del Esquimal
Por Silbia López de Lacalle (IAA-CSIC)

Las nebulosas planetarias constituyen una de las etapas finales en la vida de estrellas de masa baja e intermedia, como el Sol. Tras agotar su combustible, estas estrellas se desprenden de sus capas externas, que forman una envoltura de gas ionizado en torno a una estrella de tipo enana blanca. La Nebulosa del Esquimal (NGC 2392) no se trata solo una de las nebulosas planetarias más icónicas, sino también una de las más peculiares y enigmáticas: aparte de presentar una doble envoltura de gas, su estrella central es la más energética de entre todas las estrellas centrales de nebulosas planetarias con emisión en rayos X. Dicha emisión es muy difícil de explicar si su estrella central no se encontrara en un sistema binario (o múltiple). Sin embargo, las observaciones directas muestran una única estrella.

Mediante métodos de detección indirecta se han encontrado variaciones en la velocidad radial de la estrella central de NGC 2392, lo que indicaría que hay una compañera invisible orbitando alrededor de ella. Se han propuesto dos periodos orbitales distintos, uno de tan solo tres horas y otro de casi dos días.
Dicha emisión de rayos X presenta un periodo de 0.253 días (unas seis horas) que no coincide con los periodos previamente propuestos. El origen de esta modulación no resulta claro, pero podría indicar procesos de caída de material sobre una estrella compañera invisible o un disco de acreción en un sistema binario en el que cada periodo estaría relacionado con la rotación o la órbita de distintos componentes.
“Pareciera como si la estrella central de la Nebulosa del Esquimal tuviese una compañera mucho más caliente y con un viento estelar más poderoso” afirma Martín Guerrero (IAA-CSIC) investigador principal del estudio.
“Procesos de intercambio de materia entre las estrellas podrían explicar el chorro de gas que emana de la estrella central a doscientos kilómetros por segundo”. De esta manera, este trabajo podría suponer una confirmación de la hipótesis de que en el centro de NGC 2392 existe un sistema múltiple.