revista de divulgación del Instituto de Astrofísica de Andalucía

El Moby Dick de...

Jesús A. Toalá

Cuando cursaba el último año del instituto, me quedaba tiempo por las tardes para pensar en qué iba a estudiar. ¿Qué quería ser “de grande”? Recuerdo que casi todas las tardes me subía al techo de mi casa para poder extender las manos o en algunos casos saltar para alcanzar el árbol de mangos que tenían los vecinos en el patio de su casa, los cuales me devoraba acostado viendo el cielo. Sinaloa se encuentra en la costa del Pacífico con una orientación casi perpendicular a la puesta del Sol, así que tiene un cielo y unos atardeceres espectaculares. Al ver aparecer las estrellas en el firmamento comencé a preguntarme sobre ellas, ¿Qué se sabía? ¿Cómo se formaron? ¿Se mueren las estrellas?
Este tiempo fue crucial para mí, porque fue cuando decidí que quería estudiar una licenciatura en física para luego ser astrónomo. Cursé física en la Universidad Autónoma de Sinaloa en Culiacán para luego en enero de 2008 trasladarme a Morelia (Michoacán, en la parte sur-centro del país) para estudiar una maestría en lo que era antes el Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM. Allí trabajé en el desarrollo de simulaciones por computadora sobre la formación de nebulosas alrededor de estrellas Wolf-Rayet. Estas estrellas poseen los vientos estelares más potentes del universo y esta interacción con el medio interestelar forma patrones de choque que pueden ser detectados por diferentes telescopios. En particular a mí me interesaba reproducir la emisión de rayos X de una nebulosa, Sharpless 308 (S308). Los vientos estelares de estos objetos, que alcanzan velocidades de más de mil quinientos kilómetros por segundo (o sea vas de Málaga a Berlín en menos de una milésima de segundo) chocan y producen gas a millones de grados, de modo que son fácilmente detectados por telescopios espaciales de rayos X.
Recuerdo que en el verano de 2009 planeaba ir a Granada de vacaciones donde iba a visitar a una amiga que hacía su tesis doctoral en el IAA. Cuando le conté a mi entonces directora de tesis de maestría, me sugirió hablar con Martín Guerrero, investigador del IAA, para que me enseña ra a reducir los datos no publicados de rayos X de S308 obtenidos con el telescopio espacial XMM Newton de la Agencia Espacial Europea. Recuerdo que cuando llegué a Granada caí rendido a los pies de esta ciudad. Así que decidí que tenía que venir a vivir la experiencia granadina y comencé mi tesis doctoral con Martín. Durante mi tesis doctoral no solo aprendí a reducir los datos de S308 sino que me centré en estudios de la emisión de rayos X de nebulosas planetarias, esas nebulosas que representan la última configuración del medio circunestelar de estrellas como nuestro Sol. Estas producen emisión de rayos X de manera muy similar a las nebulosas Wolf-Rayet. Los estudios observacionales resultados de mi tesis doctoral sirvieron para entender el impacto que tiene la evolución estelar sobre el medio interestelar alrededor de estrellas evolucionadas.

DE REGRESO A MÉXICO
Después de un poco más de cuatro años en Granada y de dos años de contrato posdoctoral en Taipei (Taiwán), regresé a México para trabajar en el (ahora) Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA). Allí soy investigador asociado de tiempo completo y estoy involucrado directamente en el posgrado. Junto con otros investigadores del IRyA he fundado el primer grupo de Evolución Estelar, en el que discutimos temas relacionados con el impacto de las estrellas en el medio interestelar durante su evolución. Dirijo tesis de maestría y doctorado de estudiantes que realizan estudios teóricos y observaciones de nebulosas planetarias y nebulosas Wolf-Rayet. Además de mis actividades como investigador estoy muy involucrado en actividades de divulgación. Soy fundador y organizador del ciclo de charlas llamado Astronomía en La Jacaranda. La Jacaranda es un centro de actividades culturales localizado en Pátzcuaro (Michoacán), situada a sesenta kilómetros de Morelia. Pátzcuaro es el nombre de la ciudad y el lago donde se organiza una de las fiestas más bonitas de México, la noche de muertos. Es un lugar lleno de cultura e historia, pero debido a que es un lugar mayormente pobre, el alcance de la ciencia es casi nulo.

IRyA/UNAM

Licenciado en física en la Universidad Autónoma de Sinaloa, realizó su maestría en el Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el doctorado en el Instituto de Astrofísica de Andalucía. En la actualidad es investigador del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) de la UNAM y su investigación se centra en el estudio en rayos X de estrellas evolucionadas.