revista de divulgación del Instituto de Astrofísica de Andalucía

Sala limpia

Cíborgs y exoesqueletos

Miguel Abril (IAA)
La respuesta

En el último número nos quedamos sin espacio para la pregunta, y simplemente anunciábamos que íbamos a hablar de cíborgs y exoesqueletos. Pero, ¿qué es un cíborg? Según la RAE, que para los carrozas como yo sigue siendo la que manda, es un “ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos”. No entraría en esta categoría, por tanto, David Aguilar, un adolescente que nació manco por una malformación congénita y se hizo una prótesis de LEGO, porque solo incluye una parte mecánica. Si se curra una versión 2.0 con la serie Mindstorms, ya sí será un ciborg. En cualquier caso, merece la medalla de… no sé, como se llame la máxima condecoración del mundo mundial en la categoría ‘Buscarse la Vida’.
Aprovecho la coyuntura para explicar cómo se inicia el proceso creativo de un escritor. Varía según el autor, por supuesto. Hay quien se sienta de ocho a tres, como un oficinista. Hay quien es más anárquico y no obedece a horarios. Hay quien duerme con una libreta en la mesilla de noche, por si le llega la inspiración en sueños. Mi proceso creativo se inicia tomando un par de cervecitas mientras hago zapping, con la esperanza de encontrar algo interesante. Y, mira por donde, esta vez… ¡me crucé con un programa de Samanta Villar sobre cíborgs! Queda así demostrado que eso de “cuando lleguen las musas, que te pillen trabajando” es una tontería más grande que la Galaxia del Sombrero de un picador (estas ingeniosas analogías astronómicas valen su peso en oro en esta revista y son la razón por la que todavía no me han echado). El programa ya estaba empezado, es lo que tiene el zapping, y en principio me resultó un poco decepcionante, ya que se centraba en seguir durante un día a un colgao con una antena en la cabeza. El implante, que había bautizado como eyeborg, le permitía extender su percepción de los colores a través de vibraciones en el cráneo. Luego investigué y me enteré de que el colgao, que se llama Neil Harbisson, es el primer ser humano reconocido oficialmente como cíborg (le han autorizado incluso a salir en la foto de su documento de identidad con su antena), es el director de la Cyborg Foundation y sufre de acromatopsia, una disfunción que le hace ver el mundo en blanco y negro. Así que su eyeborg como intento de devolver el color a su vida en gris no me pareció una tontería tan grande. Mis disculpas, señor Harbisson. En el mismo reportaje la propia presentadora, conocida por su afición a hacer de conejillo de indias en sus programas, se implementaba un integrado que vibraba cuando se orientaba al norte magnético. Muy curioso, pero… ¿de verdad eso es todo lo que nos espera en el futuro? No, afortunadamente hay mucho más. No llegamos, de momento, a los poderes de Cyborg, el personaje de los cómics de DC, que no necesita comer ni dormir, puede volar, tiene superfuerza, es capaz de interactuar con cualquier tecnología y sabe para qué sirven todos los botones de su mando a distancia, pero se han obtenido avances asombrosos. En el campo militar hay líneas de trabajo sorprendentes. La idea en la mayoría de los casos es controlar el movimiento de un animal y convertirlo en un nodo de transmisión de datos para conocer la posición del enemigo u otros parámetros útiles en el combate. Así, se han implantado chips electrónicos o se tiene proyecto de hacerlo, en (por orden de menos a más molón): cucarachas, ratas, palomas, polillas, escarabajos voladores, abejas, libélulas y… ¡CHA, CHAAAAAN! ¡TIBURONES! ¿Puede haber algo más chulo que un tiburón con un chip en el cerebro para controlar sus movimientos?
Por suerte, las investigaciones no se limitan al campo militar. Como casi siempre, la medicina es otra de las grandes beneficiadas. Una de las líneas de investigación es el control de las emociones. A través de la estimulación profunda de ciertas áreas neuronales mediante electrodos implantados en el cerebro se proyecta tratar enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o las depresiones. El siguiente paso sería evitar los estados seniles causados por el envejecimiento utilizando implantes electrónicos que activen la memoria y la inteligencia. Sin embargo, la línea de investigación que más se asocia con el término cíborg es el desarrollo de prótesis biomecánicas. El estadounidense Hugh Herr está convencido de que en menos de cincuenta años se habrá terminado con todas las incapacidades. Y sabe de lo que habla, no solo por ser el director del grupo de biomecatrónica del mítico MIT, sino porque empezó a trabajar en esto precisamente a raíz de un accidente de alpinismo en su juventud. Las rudimentarias prótesis que le pusieron le obligaban a abandonar su vida montañera, así que se puso manos a la obra y hoy camina y escala roca sobre extremidades biónicas de su propia creación. Mentes inquietas como la de Hugh Herr o la de David Aguilar son las que mueven el mundo, las que nos emocionan con su creatividad, tesón y trabajo, mientras el resto de mentes quietas nos tumbamos en el sofá a ver el Mundial. Pero es que está de emocionante…

La pregunta

Vaya por dios, me he vuelto a quedar sin espacio. Podríamos dejar los exoesqueletos para el próximo número pero, una vez más, la actualidad manda, y tenemos que ocuparnos de una noticia que nos sorprendió a todos hace unas semanas: ¡tenemos un ministro astronauta! Y esto no podemos aplazarlo, porque no sabemos cuánto tiempo va a aguantar el pobre en ese nido de víboras que es la política. Así que vamos a hablar de la exigente formación que reciben los astronautas, que los convierte en la opción ideal para cubrir casi cualquier puesto que uno se pueda imaginar. De momento, una pregunta: ¿cuánto tiempo se ha pasado Pedro Duque en el espacio?

RESPUESTAS:

a) Tres semanas.
b) Tres meses.
c) Doscientos tres días.
d) Lunes y miércoles de cinco y media a siete. Es una actividad extraescolar.